Educación para el Desarrollo Sostenible: La física y la química de la mano con el cuidado del medio ambiente

El abordaje de la temática ambiental en la escuela a través del aprendizaje y acciones concretas permite que los alumnos entren en contacto con prácticas sustentables y amigables con el ambiente. Alejandro Vena, profesor de Física/Química del Instituto Humboldt, lleva adelante un proyecto educativo con alumnos de cuarto año vinculando el cuidado del medio ambiente con las leyes de la física y química.


Alejandro destaca la importancia de trabajar con ideas medio ambientales vinculadas a los contenidos de la materia. Los alumnos se dividieron en grupos y llevaron adelante cuatro proyectos que no solo involucró a sus compañeros de aula sino también a otros alumnos de diferentes cursos y a la comunidad en su conjunto.
El primer proyecto es una máquina para aplastar latas. El objetivo fue sacar de circulación las latas que contaminan la ciudad y reducir el espacio de las mismas. Una vez realizado este proceso, los alumnos se vincularon con estudiantes del colegio Industrial para fundir el material aplastado y hacer medallas de aluminio para los egresados de sexto año. “Fue muy interesante trabajar con este proyecto, sobre todo la vinculación del tema ambiental con la física. Mientras creábamos la máquina estudiamos los conceptos de potencia y fuerza”, explica Santiago.
La máquina está hecha de madera y el objetivo fue hacerla lo más sencilla posible. “La misma funciona a través de un movimiento palanca. Una vez que la terminamos, nos acercamos a todos los salones y les contamos al resto de los alumnos del colegio que estábamos recolectando latitas. También enviamos un comunicado a través del cuaderno de comunicaciones. Cuando tuvimos una cantidad importante de latas aplastadas fuimos a ver como se hace la fundición al colegio Industrial. Fue una experiencia interesante”, cuenta Agustín.
El segundo proyecto está vinculado a la nueva tendencia de correr y levantar la basura denominada ´Plogging´. La iniciativa nació en Suecia y rápidamente se expandió por varios países: corredores que hacen ejercicio con bolsas de basura y recogen residuos. “Nos interesó esta propuesta porque mientras hacemos ejercicio juntamos la basura en diferentes puntos de la ciudad”, explica Aimé.
Plogging es la combinación de dos palabras en inglés: correr y recoger. Los destinos pensados por los estudiantes fueron el río, el parque y la playa. “La idea es que un grupo vaya corriendo y junté lo que pueda. Luego otro grupo va caminando detrás y termina de recoger aquello que quedó en el suelo”, cuenta Justina. La vinculación de este proyecto con los conceptos de la materia tuvo que ver con temas como el movimiento y la inercia a la hora de mover el cuerpo. También trabajaron y estudiaron los músculos del cuerpo humano.
Juan Pedro y Kevin explicaron de qué se trata el tercer proyecto: crearon una máquina para cortar papeles. El destino de los mismos tiene que ver con la posibilidad de hacer talonarios para los médicos del hospital y tiras de papel para entregarles a los alumnos de sexto año para crear una escultura. “Aún no pudimos terminar la máquina, pero ya nos queda poco. Para el armado recibimos la ayuda de Alejandro y un padre. La máquina tiene una cuchilla que corta el papel y a través de una palanca que hace girar la cuchilla logramos el corte”, señala Juan Pedro.
Para llevar adelante la recolección del papel, este grupo recibió ayuda de otro de los proyectos que tiene como objetivo juntar papeles. También crearon un concurso dentro de la escuela donde los alumnos podían votar a su deportista favorito (Messi – Neymar) a través de papeles. “Uno de los conceptos que trabajamos de física fue la fuerza, en relación a la cuchilla que corta el papel. Fue una experiencia muy buena, se nos complicó un poco tener que armar la maquina pero logramos salir adelante”, explica Kevin.
El último proyecto está vinculado a la importancia y enseñanza de la separación de residuos. Este grupo se acercó al sector de primaria y a través del juego les explicaron a los más chiquitos la importancia de separar la basura. “En el caso de secundaria, dejamos tres tachos con la información escrita para que cada alumno deje la basura en los espacios correspondientes. En la cocina tenemos un tacho que recibe basura orgánica y eso luego es llevado a un compost para la huerta que llevan adelante los alumnos de tercer año. Los tachos con papeles se los damos a los compañeros que tienen la máquina para cortar papel y en el caso del material PET, la idea es llevarlo a la “Asociación Todo para ellos”, explica Sofía. “Trabajamos con las leyes de Newton y los movimientos corporales. Nos pareció interesante esta propuesta para dejar la enseñanza de cómo separar la basura”, concluye Dolores.